La tierra extraída de las áreas cercanas a la planta nuclear de Fukushima, que fue dañada por un tsunami derivado del terremoto del 12 de marzo de 2011, se esparcieron en los terrenos de la oficina del primer ministro y otros edificios gubernamentales en Tokio, según lo indicó la agencia Kyodo.

Los objetivos de la medida

La medida busca demostrar que estos suelos, que supuestamente contienen bajos niveles de radiactividad, son lo suficientemente seguros para emplearse en proyectos de obras públicas en territorio japonés. Se estima que sean utilizados en jardines y para otros propósitos en las instalaciones. Esta es la primera vez que se le da un uso fuera de la prefectura de Fukushima.

Yoshimasa Hayashi, secretario jefe del Gabinete, reveló en una reunión con ministros que «Es importante garantizar una comprensión pública más amplia». Sin embargó, varios seguidores de este caso dudan de la aceptación de esta medida; los intentos anteriores de utilizar esta tierra fueron frenados en algunas zonas por la oposición local.

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Lo que dejó el desastre

En estos momentos existen aproximadamente 14 millones de metros cúbicos de suelo dentro de almacenes provisionales ubicados en las localidades de Okuma y Futaba. Tres cuartas partes de esta tierra cuentan con una concentración de radiación de 8.000 bequerelios por kilogramo o menos. La legislación indica que el resto debe eliminarse fuera de Fukushima antes de marzo de 2045.