Ya no es potable el 97% del agua de que disponen los dos millones de habitantes del enclave costero palestino, sometidos al bloqueo de Israel y con la frontera egipcia clausurada la mayor parte del tiempo. Después de tres devastadoras guerras libradas con el Ejército israelí en los últimos 10 años, las infraestructuras de distribución y saneamiento han colapsado.

 

Nueve de cada diez gazatíes no tienen más remedio que adquirir “agua purificada” distribuida por más de 130 plantas privadas desalinizadoras de agua marina, mientras solo una minoría cuenta con medios para adquirir agua mineral embotellada importada.

 

De acuerdo con un estudio estadounidense, una cuarta parte de las enfermedades que sufren los gazatíes se deben a la contaminación del agua, que se ha convertido además en la mayor causa de mortalidad infantil.

 

El 12% de los fallecimientos de menores en Gaza son achacables a afecciones gastrointestinales, según un informe de Rand Corporation.

 

Fuente El País.