Europa ha enviado algo más de la mitad de los residuos plásticos que solía enviar a China a otras partes de Asia desde que Pekín cerró el mercado de reciclaje en enero. Parte del excedente se acumula en lugares que van desde solares en construcción hasta puertos a la espera de que se abran nuevos mercados.

Reciclar cerca del lugar de origen se complica por el hecho de que el plástico a menudo está sucio y sin clasificar, las mismas razones por las que China lo ha terminado rechazando.

Muchos sostienen que la quema es la opción más fácil para ayudar a generar electricidad o calor a partir de cientos de miles de toneladas de residuos sobrantes. Pero se están proponiendo ideas más radicales -como volver a colocar el plástico bajo tierra para “extraerlo” cuando el reciclaje sea más sofisticado- mientras Europa busca una solución.

Ian Boyd, asesor científico del departamento de ambiente, alimentación y asuntos rurales de Gran Bretaña, sostiene que el plástico enterrado podría convertirse en un recurso valioso sólo si las penalizaciones por emitir gases de efecto invernadero, tanto al fabricar plásticos como al quemarlos, fueran mucho más duras que en la actualidad.

Fuente:Hemisferios/ Reuters