El crecimiento de las ciudades, la construcción de carreteras, cambiar los paisajes, dedicar grandes zonas a la agricultura y explotar los recursos naturales limita los movimientos de los animales y esto tiene consecuencias significativas en el funcionamiento natural de los ecosistemas.
Un estudio realizado por la Universidad Goethe de Frankfurt (Alemania) demostró una reducción de los movimientos de los animales en áreas con alta huella humana. En promedio, los mamíferos que viven en los hábitats más modificados por el hombre se desplazan de dos a tres veces menos distancia que aquellos que viven en zonas con poca o ninguna intervención humana.
Todos los seres vivos necesitan espacio para conseguir comida, aparearse, o mantener un buen equilibrio natural. Por ejemplo, los murciélagos necesitan espacio para hallar y consumir insectos y polinizar plantas, y los depredadores necesitan espacio para cazar y controlar a otras poblaciones de especies.
Fuente: La Vanguardia.