En Japón tras el terremoto de 8,9 grados y el tsunami que sacudieron el noreste del país, este no solo reflota, sino que avanza sin prisa pero sin pausa hacia una auténtica revolución: la de la soberanía energética de cada vez más ciudades.

Higashi Matsushima, ciudad costera que no pudo evitar las sacudidas de aquel día, es una de las que señalan el camino activado por decenas de poblaciones niponas.

Para ello la apuesta ha sido clara: los microgrids, conocidos como islas de energía, integrados por sistemas de energía solar y por baterías para el almacenamiento de energía. Estos permitirían que, ante cualquier caída de la red convencional, la ciudad pudiera seguir funcionando por sus propios medios al menos durante tres días.

Los fondos aportados por este programa han sido los que han permitido que, tras la destrucción de 2011, hacen que Higashi Matsushima sea hoy más resiliente, precisamente por el giro operado hacia la generación eléctrica a nivel local y procedente de fuentes limpias.

En esa línea, en la que el peso de las grandes centrales eléctricas va a menos, avanzan otras comunidades a lo largo del país. Además, sus autoridades sopesan incrementar el presupuesto para el programa de resiliencia nacional. De hecho, este podría elevarse en un 24%.

El destino principal de los fondos previstos para el año fiscal que arrancará en abril de 2018 serán los sistemas de gestión inteligente de la energía, así como los de generación distribuida.

“Estamos comprometidos con el impulso a iniciativas que promuevan la resiliencia nacional con el objetivo de crear una tierra segura, así como una sociedad que tenga fortaleza y habilidad suficientes incluso ante un desastre”, sostienen desde el Gobierno sobre su compromiso.

Fuente: hemisferios.info/ Ecoinventos