En 2021 científicos documentaron el primer híbrido entre un perro doméstico y un zorro de las Pampas. Aquel evento tan desconcertante abrió un nuevo debate sobre las consecuencias genéticas y ecológicas del impacto humano en los ecosistemas.
Las características del animal
La hembra, apodada como Dogxim, había llegado herida a un centro de recuperación tras haber sido atropellada en la ruta y, gracias a diversos estudios, descubrieron su rareza biológica. Lo que despertó las alertas de los expertos fue su inusual comportamiento, ya que, aunque ladraba y tenía el físico de un can, su dieta se parecía más a la de un animal salvaje, ignorando alimentos procesados y centrando su atención en roedores vivos.
Además, su fisonomía -esbelta y conformada por orejas largas y puntiagudas- le otorgaba facilidad para trepar entre arbustos. Fue así que sus cuidadores comenzaron a trabajar sobre la hipótesis de cruza, lo que dio pie a una investigación que acaba de concluir. Según dicho documento, efectivamente existió una combinación genética.
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Este descubrimiento es una verdadera sorpresa, puesto que este tipo de casos son más previsibles en el mundo vegetal. Explican que, si bien existen otros híbridos entre mamíferos -como lobos y coyotes-, éstos pertenecen al mismo género, pero esta vez no es así.

La relación entre los perros y los lobos
Sostienen que el zorro de las pampas no es un cánido, sino un Lycalopex, un linaje anterior al de los perros de hoy en día, con más de seis millones de años de antigüedad. Uno de los puntos más interesantes de esta investigación es que descubrieron un total de 76 cromosomas, un número que no se corresponde con ninguna de las dos especies mencionadas, pero que se encuentra en un punto intermedio.
Detrás de este evento excepcional, los científicos detectaron una señal de advertencia sobre los efectos que tiene la actividad humana sobre otros seres vivos; de hecho, creen que este caso se vio favorecido por la pérdida acelerada de hábitats y las transformaciones del paisaje que propiciaron el encuentro entre ambos ejemplares. En otras palabras, el hallazgo del Dogxim se puede entender como un síntoma de transformaciones ambientales profundas.