Un informe liderado por un equipo internacional estableció mapas globales de remoción de carbono en base a más de 100 mil mediciones de campo. Se trata de un modelo que incorpora unas 66 variables ambientales, entre las que se encuentran las propiedades del suelo y el bioma

La capacidad de los bosques jóvenes

Gracias a esta investigación -publicada en la revista Climate Change– pudieron comprobar que los bosques secundarios jóvenes -es decir, aquellos que se regeneran naturalmente después de la tala de bosques maduros– son capaces de eliminar hasta ocho veces más emisiones por hectárea que los nuevos brotes. Esta información, que complementa otros estudios, posiciona a estos espacios como una herramienta estratégica de mitigación. 

Un reciente estudio científico pone como un importante aliado de la lucha contra el cambio climático a los bosques secundarios de entre 20 y 40 años.
Un reciente estudio científico pone como un importante aliado de la lucha contra el cambio climático a los bosques secundarios de entre 20 y 40 años.

El documento sugiere que el máximo potencial de los ecosistemas en cuestión se da entre los 20 y 40 años de edad. Sin embargo, explican que las tasas de captura varían mucho según las especies que los conforman y su ubicación. En ese sentido, los que más rápido y mejor lo hacen son los húmedos tropicales.  

Según los resultados, cada hectárea absorbe mucha más cantidad de carbono que cualquier otro bosque. De hecho, se demostró que los mediterráneos son notoriamente más lentos, logrando su pico de absorción a los 50 años y con una capacidad bastante menor. Estos modelos de medición se basan en el almacenamiento que se conserva en las partes vivas de los árboles, como los troncos, las ramas y las hojas

Una ayuda a tener en cuenta

El informe también estimó que este 2025 al menos 800 millones de hectáreas de bosques comenzarán su regeneración, pudiendo eliminar hasta 20.300 millones de toneladas métricas de gases contaminantes para el 2050. Este trabajo demostraría la importancia de proteger estos ambientes ya existentes, en comparación con iniciar nuevos procesos de forestación.