Entre áreas de densa vegetación amazónica -tras 24 años de sequía simulada- se produjo un sendero en donde la vegetación de la selva parece haber caído, ya que los árboles son más escasos, los troncos caídos se encuentran descompuestos y el calor se intensifica en los claros donde logra alcanzar el suelo.

Como influye la sequía en la Amazonía

Un proyecto llamado Esecaflor, acrónimo de “Estudio de la Sequía en Bosques” en portugués, que comenzó en el año 2000 en la Reserva Nacional Forestal de Caxiuanã, en el estado de Pará, Brasil, advierte que la selva perdió cerca del 40 % de su biomasa y dejó de ser un sumidero de carbono para transformarse en emisor, por lo que este hallazgo es preocupante en un contexto de lucha contra el cambio climático.

Los autores del trabajo buscaban cómo anticipar la respuesta de la Amazonía ante la reducción de lluvias derivada del cambio climático. Para cumplir con este fin, científicos brasileños y británicos —junto con equipos de la Universidad de Exeter, la Universidad Federal de Pará y la Universidad de Edimburgo—  instalaron unos 6.000 paneles plásticos transparentes sobre una hectárea de selva, para así desviar el 50 % de las precipitaciones.

Se registró la disminución de aproximadamente el 40% del peso total de la vegetación y del carbono almacenado
Se registró la disminución de aproximadamente el 40% del peso total de la vegetación y del carbono almacenado

Los procedimientos del estudio

El agua desviada estaba destinada a canalizarse a través de canaletas y zanjas alrededor del perímetro de la parcela experimental; mientras que una segunda parcela idéntica se conservó a una intervención como área de control.

En estas torres se colocaron instrumentos para registrar variables como la humedad del suelo, la temperatura del aire, el crecimiento de los árboles, el flujo de savia y el desarrollo de raíces. Para monitorear la cantidad de agua presente se colocaron dos torres metálicas equipadas con radares de la NASA.

Los resultados de este experimento revelaron que en los primeros años hubo una notable capacidad de resistencia, pero luego de los 8 años se detectó un gran declive en la biomasa y mayor mortalidad de los árboles.