Un reciente informe compartido por la ONU, y titulado “El Panorama Regional de Seguridad Alimentaria y la Nutrición 2024”, explica que la variabilidad climática y sus consecuentes eventos extremos -como sequías e inundaciones- están afectando la productividad agrícola y el suministro de alimentos, aumentando así sus precios y propiciando la desnutrición. 

El documento asegura que América Latina y el Caribe es la región más afectada por esta problemática, detrás de Asia. Eso se refleja en un 74 % de población amenazada por dichos fenómenos y un nivel de exposición anormalmente alto en al menos 20 países. 

Los números de la región

Esta información pone de manifiesto que no sólo basta con los esfuerzos y logros alcanzados en términos de reducción de hambruna; de hecho, los países donde la subalimentación aumentó un 2 % (durante el período 2019-2023) son aquellos que más variabilidad climática tuvieron. 

Explican que el impacto de estos eventos también se ve reflejado en persistentes desafíos estructurales, conflictos internos y problemas financieros, los cuales exacerban otras problemáticas como la desigualdad, la inseguridad y la falta de acceso a los sistemas de salud y a dietas nutritivas. En ese sentido, detallan que las naciones más perjudicadas son aquellas que experimentan recesiones económicas. 

Respecto a los últimos datos, 41 millones de personas padecieron hambre durante el 2023, lo que representa una disminución significativa respecto al año anterior; sin embargo, destacan la existencia de disparidades entre subregiones, con una clara desmejoría en el Caribe. 

Mucho más allá de la productividad agrícola

Por otro lado, explican que estas problemáticas se manifiestan de distintas maneras dependiendo el grupo poblacional al que se pertenezca. Por ejemplo, las comunidades rurales y las mujeres se ven mucho más perjudicadas, lo que demuestra que las brechas culturales y de género continúan siendo elevadas. 

El estudio concluye que hacen falta soluciones integrales para evitar una merma en la productividad agrícola por razones vinculadas al clima. Al hacerlo, sostienen que se propiciaría la equidad y la sostenibilidad de los sistemas alimenticios de Latinoamérica.