El domingo a la madrugada, luego de dos semanas de negociaciones, se acordó que los países ricos pagarán 300 mil millones de dólares anuales a las naciones en vías de desarrollo para su lucha contra el cambio climático.

De este modo, los casi 200 países reunidos en la cumbre de Bakú acordaron triplicar la donación anual de 100.000 millones de dólares que se realizó en los últimos años. 

Los festejos tras el suceso

De manera simbólica, los presentes en la cumbre climática realizaron una gran ovación al ver cuando el presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, bajó el martillo sobre el acuerdo financiero que significaba el fin de una jornada que se había extendido más de 32 horas del cierre previsto de la cumbre.

Los países involucrados señalan que este suceso deberá abordar los obstáculos a los que se enfrenta el mundo en desarrollo a la hora de acceder a la financiación climática, con la eliminación de las barreras y los elevados costos de capital, las limitaciones fiscales, los “niveles insostenibles de deuda” o los altos costos de transacción.

¿Para que se utilizarán los 300 mil millones de dólares?

Este acuerdo hace referencia a la necesidad especial de acercar “recursos públicos, subvenciones y financiación en condiciones muy favorables, en particular para la adaptación y la respuesta a los daños y perjuicios” a la crisis climática en los países “menos adelantados” y en “los pequeños estados insulares en desarrollo”.