Ricardo La Regina, el empresario condenado por la matanza de pingüinos en Punta Tombo, fue declarado culpable de cometer los delitos de “daño agravado y crueldad animal” por el Superior Tribunal de Justicia de Chubut, y a raíz del hecho, recibió una pena de tres años de prisión de ejecución condicional.
El destino del acusado
Por este motivo, el condenado no irá a la cárcel. La mayoría de los jueces a cargo de este caso determinaron que La Regina, además de pagar las costas del proceso y de realizar tareas de restauración del ambiente, deberá abstenerse de circular por la zona en vehículos de gran porte, y deberá tener una autorización para realizar obras y mejoras.
A partir de ello, las juezas María Laura Martini, Carlos Richeri -votó en disidencia- y Eve Ponce, realizaron una medida cautelar que ordena la intervención inmediata del estado provincial para garantizar la preservación del ambiente en toda el área.
- Quizás te puede interesar: «Rechazo masivo a la salida de Argentina de la COP29».
Por su parte, el juez Richeri, juez que votó para que la pena del acusado sea de cuatro años de cumplimiento efectivo, señaló que por primera vez en sus más de 20 años de carrera en la justicia penal, no encuentra atenuantes con la fuerza suficiente para compensar la sumatoria de agravantes acreditados. Agregó que la naturaleza de la acción, los medios empleados y, por sobre todo, la extensión del daño y riesgo causado son de una magnitud tal, que considera que el reproche adecuado para la conducta que se le atribuyó a Ricardo La Regina es la máxima de la escala penal.
El crimen realizado por La Regina en Punta Tombo
El veredicto indica que La Regina realizó un desmonte completo de vegetación nativa y remoción del suelo con una retroexcavadora, sin poseer ningún tipo de autorización administrativa previa sobre el impacto ambiental que eso generaría. A partir de ello, el acusado provocó daños irreversibles a la fauna y flora autóctonas del lugar, daño al hábitat reproductivo del Pingüino de Magallanes, y el arrollamiento de una gran cantidad de pingüinos vivos de diferentes edades, llevándoles a sufrir una muerte prematura y dolorosa.