Un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU Hábitat), difundido este martes, advierte que más de 2000 millones de personas que viven actualmente en centros urbanos podrían estar más expuestas a eventos climáticos extremos. Estos ciudadanos podrían enfrentar aumentos de temperatura adicionales, de al menos 0,5 grados Celsius para el 2040.

El documento toma el cambio climático y su aceleración como tema de estudio. Al respecto, enfatiza la importancia de tomar acciones climáticas en estos lugares, los cuales siguen sin estar a la altura de la escala de intensidad y desafíos que representa este fenómeno.

¿A qué se enfrentan los ciudadanos?

Alertan que las urbes están recibiendo menos del 20 % de la financiación necesaria para responder efectivamente a estas problemáticas. De hecho, destacan que el financiamiento actual para construcciones e infraestructura resilientes asciende a los 831 mil millones de dólares, cuando en realidad se precisan hasta 5,4 billones. Este déficit deja a las poblaciones más vulnerables y expuestas. 

También sostiene que la mala gestión y diseño de las metrópolis está terminando con los espacios verdes que sirven como sumideros de carbono y ayudan a regular la temperatura, evitando la creación de islas de calor. En ese sentido, detalla que sus habitantes tienen un acceso promedio de 30,6 metros cuadrados de naturaleza; este número es menos de la mitad que hace 30 años. 

Las inundaciones, cada vez más comunes por el cambio climático, se dan con más frecuencia en las grandes urbes, perjudicando a sus ciudadanos.
Las inundaciones, cada vez más comunes por el cambio climático, se dan con más frecuencia en las grandes urbes, perjudicando a sus ciudadanos.

Construir para todos

Por otro lado, las intervenciones que han intentado compensar esto sólo han empeorado la situación de las personas, como es el caso de la “gentrificación verde”; es decir: medidas beneficiosas, como la creación de parques, resultan en el desplazamiento directo de familias pobres. 

Asimismo, en dichos casos, suelen aumentarse los precios de las propiedades aledañas, haciéndolas más inaccesibles y condenando a quienes tienen menos recursos a vivir en lugares con menor calidad de vida.

Pese a estos datos, desde ONU Hábitat insisten en que las urbes y sus ciudadanos también son parte de la solución. Siendo que representan el 55 % de la población mundial (una cifra que va en aumento), están en condiciones de adoptar medidas para fortalecer su resiliencia colectiva y reducir sus emisiones. Destacan la mejora de los servicios, la modernización de los asentamientos y la salud pública como ejes fundamentales de la transformación.