Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés), también llamadas “químicos eternos”, han invadido el aire, el suelo y, lo más preocupante, el agua subterránea de miles de comunidades.

En ese sentido, un nuevo estudio realizado en Carolina del Norte, Estados Unidos, reveló que estos tóxicos podrían tardar más de 40 años en desaparecer del agua a raíz de su lenta velocidad de dispersión natural en el agua subterránea y a la capacidad que tienen los químicos para quedarse atrapados en capas de baja permeabilidad.

El estado del agua esta en peligro

Asimismo, advierten que miles de pozos privados siguen contaminados, afectando a comunidades que dependen de estas fuentes de agua potable.

Para llevar a cabo este trabajo, se recolectaron muestras de agua en dos cuencas cercanas a la planta Fayetteville Works, en donde detectaron niveles preocupantes de PFAS, compuestos utilizados en una amplia gama de productos.

Los especialistas indicaron que existe una enorme área de agua subterránea contaminada en donde se encuentran tanto tierras residenciales como agrícolas. Señalan que al menos unos 7.000 pozos privados están directamente afectados.

La cantidad de los químicos “para siempre”

Los resultados de los análisis indicaron que dos de los PFAS más comunes, HFPO−DA y PMPA, se encontraron en concentraciones de 229 y 498 nanogramos por litro (ng/L), cuando el límite establecido por Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) para que el agua sea potable es de 10 ng/L.