Un grupo de científicos de la Universidad de Heriot-Watt, en Escocia, asegura que el enorme asteroide que golpeó la Tierra y provocó la extinción de los dinosaurios, hace unos 66 millones de años, no estaba sólo. Explican que -muy probablemente- una segunda roca, un poco más pequeña, también fue responsable.
Esta conclusión vendría a explicar un descubrimiento que se hizo en 2022, cuando encontraron el cráter Nadir en Árfica ocidental. El mismo mostraba una depresión de al menos unos 9 kilómetros a la altura del lecho marino.
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Explicación y conclusiones
Los expertos establecieron una correlación y ahora sostienen que se trató de un cuerpo rocoso que al impactar pudo haber provocado un tsunami de más de 800 metros de altura.
En un principio esta teoría no había sido tomada en cuenta puesto que no lograban determinar cuándo habría ocurrido el hecho con exactitud, ni decir si fue anterior, paralelo o posterior con el que sí acabó con la vida en el planeta, cuya huella es el cráter de Chicxulub y se encuentra en México.
Sin embargo, nuevos resultados demuestran que el asteroide habría caído durante el período Cretácico, lo que confirmaría que ambos impactos fueron muy próximos en el tiempo.
La extinción de los dinosaurios, y tal vez la nuestra
El nuevo debate para los expertos refiere al por qué dos rocas diferentes chocaron en períodos tan cortos, contemplando lo inusual que es que ello ocurra. Lo más cerca que el ser humano ha estado de un acontecimiento de esta magnitud fue el choque de Tunguska, en 1908, cuando un asteroide de 50 metros explotó en los cielos de Siberia.
Actualmente el objeto peligroso más próximo a la Tierra, de un tamaño colosal -similar a los que habrían provocado la extinción de los dinosaurios-, es Bennu. Este último podría caer en nuestro territorio en septiembre de 2182 según estimaciones de la NASA; sin embargo estamos hablando de una posibilidad en 2700.