Los desperdicios frutihortícolas forman parte de un gran problema para el ambiente: la mayoría de los alimentos cosechados nunca llegan a los hogares. Aproximadamente, un tercio de los alimentos producidos se desperdicia.
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La realidad argentina
En nuestro país, casi el 30 % de las frutas y el 42 % de las hortalizas se pierden. Ante esta situación, INTA Balcarce se encuentra trabajando en un proyecto para reducir y aprovechar los desechos. Una de estas estrategias incluye aumentar los cuidados durante la cosecha para evitar aquellos golpes que pueden aumentar la descomposición.
Para lograrlo, se trabajó con organizaciones locales para realizar dulces, encurtidos y salsas con alimentos cuyo destino era el descarte. Además, se proponen alianzas con comedores y bancos de alimentos.
Las alternativas
Dentro del proceso de rescate de productos, se contempla el uso para alimentación animal, producción de biogás o compost en aquellos casos en los que no se cumple con los estándares de calidad para consumo humano.
Con todas estas medidas, INTA Balcarce espera mejorar la logística entre productores y organizaciones sociales, fomentando el desarrollo de emprendimientos sostenibles con un impacto positivo en la economía local.