Se trata de una estrategia: volar con este tipo de organización permite aprovechar las ventajas aerodinámicas. Al posicionarse adelante, en el pico de esa “V”, el ave líder genera viento que puede ser utilizado por el resto del grupo.

Las ventajas de la “V”

De este modo, las aves que vuelan detrás pueden utilizar la energía del líder para mantener su resistencia durante más tiempo. Pero también tiene un beneficio: quien lleva adelante el recorrido logra planear gracias al sostenimiento que las otras hacen de la frecuencia de aire.

Volar en forma de “V” muestra la existencia de cooperación y comunicación, ya que realizan intercambios mediante vocalizaciones para coordinar las direcciones a tomar. Además, da una visión ideal para la detección de posibles amenazas.

Aves cooperativas

El vuelo es solidario: el ave líder cambia en los distintos momentos del trayecto, y gracias a ese flujo de aire generado se logra repartir el esfuerzo físico, evitando la fatiga en los recorridos largos. La coordinación es tal que incluso sincronizan sus alas, según confirma un estudio de la Universidad de Londres

Si bien no es la única forma de vuelo, y no todas las especies de aves la aplican, sí es evidente que trae muchos beneficios. De hecho, en aviación se usa por el ahorro de combustible que implica.