Este  lunes se dio lugar a la reunión consultiva número 46 del Tratado Antártico, en donde los 56 países miembros discuten principalmente sobre la gestión sostenible de la Antártida, la crisis climática en el continente y el impacto que tiene el ser humano en esa parte del mundo.

Este evento, que durará hasta el 30 de mayo, busca el intercambio de información valiosa y de recomendaciones entre los participantes.  

Un nuevo tema para resolver

Sin embargo, en esta nueva edición se suma la inquietud sobre la actividad rusa en el territorio antártico, donde sólo se permite la exploración con fines científicos.

Esta alerta aumentó luego de que el diario britanico ‘The Daily Telegraph‘ informara, el pasado 11 de mayo, los temores de los parlamentarios sobre una posible operación petrolera de Moscú en el continente helado.

Una semana después, el presidente estadounidense Joe Biden firmó un nuevo memorándum de seguridad nacional sobre la Antártida; y en el documento reafirmó el compromiso de Washington en la protección de la región por su importancia ambiental.

Un problema de agenda

En los últimos tiempos, Naciones Unidas advirtió que el hielo marino de la Antártida está en el nivel más bajo que se haya registrado y que los datos de septiembre de 2023 mostraron que su superficie era «1,5 millones de kilómetros cuadrados más pequeña que la media de esa época del año», por lo que pone a la situación del continente en un lugar de suma importancia en la agenda mundial.