La semana pasada se confirmó el “estado de calamidad” en la mayor parte de Río Grande do Sul, al sur de Brasil, tras las múltiples inundaciones y los accidentes provocados por precipitaciones inusuales. Las autoridades destacan que no se veían lluvias semejantes desde 1941.
El fin de semana varias localidades vieron empeoradas sus condiciones. Es el caso de Porto Alegre, donde el nivel del agua escaló a cinco metros.
Consecuencias de las lluvias
Al respecto, los últimos informes difundidos por la Defensa Civil indican que hay al menos 78 fallecidos por causa del temporal, más de 105 desaparecidos y otro centenar de personas heridas. Para dar con estos números, y en apoyo a la región, la Fuerza Aérea Brasileña desplegó durante el domingo drones de reconocimiento, los mismos permitieron localizar e identificar víctimas.
Al respecto, advierten que la cantidad de fallecidos podría ir en aumento en los próximos días y de forma considerable.
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El compromiso con el sur de Brasil
Por su parte, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se comprometió a proporcionar los recursos necesarios para los afectados, del mismo modo aseguró que “la burocracia no será obstáculo en las labores de recuperación”. Asimismo, adelantó que esta semana se votarán “medidas extraordinarias” para dar un auxilio financiero.
Cabe destacar que hasta este lunes se identificó que más de dos tercios de los poblados y las urbes del estado se encuentran afectados por las tormentas. El fenómeno dejó a su paso cientos de calles y puentes destrozados, corrimiento de tierras y el derrumbamiento parcial de una presa hidroeléctrica.
Al respecto, en las últimas horas al menos 400.000 personas del sur de Brasil quedaron sin electricidad y otro tercio de la población no tiene acceso a agua potable.