Su origen se remonta a 1908 y la selección del día es un poco atípica: no se debe a ningún evento en particular, sino a cuestiones climáticas y organizacionales. No querían  que se celebrara en marzo porque los niños están comenzando las clases, por lo que la atención está puesta en eso; tampoco querían que fuera en invierno porque la idea era celebrar en el zoológico, y en esa  época hace frío para estar al aire libre. Por ese motivo se pensó que el 29 de abril reunía las características necesarias.

¿Quiénes estaban detrás?

Esta conmemoración se debe a Clemente Onelli, director del zoológico porteño, y a Ignacio Albarracín, defensor de los derechos de los animales. Ambos propusieron al Consejo Nacional de Educación establecer un día en honor a los animales.

Un ejemplo a seguir

Albarracín era vanguardista en la lucha por la integridad en el trato hacia ellos: durante más de cincuenta años fue presidente de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales, creada por él mismo. Además, fue el principal impulsor de la primera ley en esta línea en el país, sancionada en 1891.

Curiosamente, él, que dedicó toda su vida a los animales, murió el 29 de abril de 1926.