La comunidad educativa de Ciudad Universitaria sostiene que los festivales realizados a metros de la reserva ecológica alteran la vida natural, tanto de la fauna como de la flora. Los estudiantes piden que no se utilice el predio para esos fines, y explican que en las últimas semanas ya se realizaron dos fiestas.

De hecho, denuncian que se trata de un proceso de comercialización de los terrenos, en línea con la iniciativa del Gobierno porteño de construir bares en la reserva.

Cambios en la fauna

Desde la Asamblea en Defensa de la Reserva explican que las vibraciones producidas por los eventos producen cambios en los ciclos de sueño y de reproducción de los animales que habitan allí. En ese sentido, en diálogo con el diario Página 12, pusieron de ejemplo el caso de las yararás, las cuales fueron vistas cerca de los edificios de las facultades debido a la desorientación que sufrieron producto de las obras realizadas en su hábitat natural.

Desencadenantes

El Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales también se manifestó en contra de los festivales, advirtiendo que el impacto sonoro y lumínico causa estrés y cambios en el comportamiento de la biodiversidad de la reserva, a la vez que afectan las investigaciones sobre los animales de laboratorio.