La contaminación plástica continúa en aumento en los ambientes oceánicos a nivel mundial, a una tasa promedio prevista de 8,75 millones de toneladas métricas por año, lo que afecta los ecosistemas. La incidencia de ingestión de plásticos ya ha sido documentada en 1288 especies marinas.

Solo en peces, se sabe que casi 400 especies consumen microplásticos. Se estima que las ballenas barbadas consumen entre 200.000 y 10 millones de partículas microplásticas indirectamente a través de presas contaminadas cada día, según la especie y la estrategia de alimentación.

Ahora, un nuevo estudio publicado en Environmental Pollution, reveló que han encontrado partículas de plástico microscópicas en las grasas y los pulmones de dos tercios de los mamíferos marinos. La presencia de partículas de polímero y fibras en estos animales sugiere que los microplásticos pueden viajar fuera del tracto digestivo y alojarse en los tejidos.

Los daños que los microplásticos incrustados podrían causar a los mamíferos marinos aún no se han determinado, pero otros estudios han implicado a los plásticos como posibles imitadores de hormonas y disruptores endocrinos.

Las fibras de poliéster, un subproducto común de las lavadoras, fueron las más comunes en las muestras de tejido, al igual que el polietileno, que es un componente de los envases de bebidas. El plástico azul fue el color más común encontrado en los tejidos.