Luego de meses de sequía en que el país se vio obligado a bajar la calidad del agua para no afectar el suministro, el Gobierno uruguayo levantó la emergencia hídrica y avanzó en el proyecto Neptuno.
Este plan busca dotar al área metropolitana del país que abarca a los departamentos de Montevideo, San José y Canelones, de una nueva fuente: el Río de la Plata.
Para ello, se prevé la construcción de una planta potabilizadora además de una reserva de emergencia que será de utilidad ante eventos de salinidad.
Para el Gobierno uruguayo las obras serán el camino para obtener una segunda fuente para el suministro de agua, dado que actualmente la zona metropolitana se abastece de la cuenca del río Santa Lucía. Eso permitiría blindar a la región más habitada del país ante sequías o fallas técnicas.
La obra será construida por un conglomerado integrado por las empresas Berkes, Ciemsa, Fast y Saceem.
Desde la oposición, el proyecto no se ve con buenos ojos. Alegan que es violatorio del artículo 47 de la Constitución, que establece que la prestación del servicio de agua potable deberá anteponer las razones de orden social a las de orden económico. Bajo esta normativa, también consideran que sería ilegal la participación de los privados en el abastecimiento del agua.