Desde el Programa de Medio Ambiente y Salud de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) proponen pensar el escenario ambiental como origen del cáncer, no como única causa, pero sí jugando un rol fundamental.
Se trata de una de las seis universidades que integran la Red Interuniversitaria en Ambiente y Salud de la Región Centro (Redinasce), creada en 2016 mediante un acuerdo con el objetivo de “trabajar sobre las realidades de la interfase ambiente-salud en la región”. Está conformada por la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la Universidad Nacional del Litoral (UNL), la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) y la Universidad Nacional de Villa María (UNVM).
Explican que esta región tiene 8 millones de habitantes, es decir casi el 20 por ciento de la población argentina; pero además tiene características ambientales particulares: desde lo ambiental está definida por el uso de la tierra para la agricultura y, por lo tanto, indirectamente por el impacto de pesticidas y otros agroquímicos, y por la calidad de las aguas -que tienen mucho arsénico-.
Durante estos años el grupo realizó dos publicaciones clave: la primera fue en 2021 en la Revista Argentina de Salud Pública, y el artículo se compuso por las conclusiones de una investigación sobre la tendencia de la mortalidad por cáncer en la región centro del país durante el período 1992-2016.
El trabajo, que fue financiado por el Instituto Nacional del Cáncer (INC) y la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNR, concluyó que “tanto las tasas provinciales como departamentales se encontraron por encima de las nacionales para su respectivo quinquenio (período de cinco años)”.
A modo de ejemplo, mientras que la tasa nacional de mortalidad por cáncer en hombres entre 1992 y 1996 fue de 152 casos cada cien mil habitantes, la tasa de mortalidad en esta región se aproximó a los 180.
El otro artículo fue publicado en la Revista Panamericana de Salud Pública (OPS) en 2022 y fueron las conclusiones de una investigación que analizaba la mortalidad por cáncer, presencia de arsénico y nitratos en aguas de consumo y superficies sembradas en Argentina.
Se trató de un estudio retrospectivo en el que se analizaron por decenios las superficies sembradas totales (como cálculo indirecto de uso de agroquímicos) y el porcentaje de población expuesta a niveles elevados de arsénico y nitratos en aguas de consumo en relación con las tasas de mortalidad total por cáncer y las órgano-específicas (los tipos de cáncer).
En los resultados de este artículo, los investigadores refirieron que “se hallaron correlaciones positivas y significativas entre los dos primeros decenios de superficies sembradas totales y el primer decenio de mortalidad total por cáncer, así como correlaciones con cáncer de pulmón, páncreas y colon en hombres; y específicamente con cáncer de colon en mujeres”.
Detallan que “(…) estos estudios son ecológicos y no demuestran causalidad, pero sí dan cuenta de una aproximación a las problemáticas que permiten ir abriendo diferentes hipótesis”.
E indican que “estos datos deberían abrir nuevas investigaciones como por ejemplo, la búsqueda de agroquímicos y arsénico en sangre u orina, que permitirían saber si el individuo que tiene un problema tiene circulando, o ha tenido circulando alguno de estos componentes; el problema es que este tipo de trabajo es muy costoso”.
En la actualidad, la Redinasce se encuentra terminando una investigación sobre anomalías congénitas que fue financiado por el Ministerio de Salud de Nación.