Fue instaurado desde el año 2017 en conmemoración del incendio que en 2009 arrasó con la reserva cordobesa de flora y fauna Pumakawa donde se alojaban nueve ejemplares. Cuando las llamas alcanzaron el sector de sus habitáculos, la responsable de la reserva, decidió liberarlos. Dejarlos encerrados hubiera significado una muerte asegurada, aunque abrirles la puerta principal ponía en riesgo a los vecinos voluntarios que intentaban apagar las llamas. Sin embargo, los pumas la siguieron y la rodearon mansamente, sin que se registrara ningún incidente. Esta fecha fue designada para reconocer la importancia de conservación y cuidado de esta especie emblemática de importancia central en el funcionamiento de los ecosistemas naturales.

De acuerdo con el registro fósil, los pumas evolucionaron hace unos 6 millones de años en Norteamérica. En Sudamérica, el puma encontró una amplia gama de nuevos ambientes y presas a los cuales se adaptó exitosamente. Es así como este gran depredador logró colonizar desde los altos Andes, hasta las selvas tropicales, pasando por los grandes pastizales de la llanura pampeana, los bosques áridos del gran chaco y la extensa estepa patagónica. Como resultado, el puma se convirtió en el felino con mayor distribución en América, al ocupar diferentes áreas desde Alaska hasta el sur continental de Argentina y Chile.

Un ejemplar adulto de puma puede llegar a pesar entre 40 y 80 kilos con tamaños diferentes según el sexo, ya que la hembra es más chica que el macho. Es un animal territorial y solitario, de hábitos crepusculares y nocturnos. Es muy ágil, experto trepador y rápido. Es además carnívoro y caza al acecho, lo que significa que no realiza carreras largas para atrapar a sus presas, sino que espera sigilosamente a que se presente la oportunidad de cazarlas.

En Argentina, principalmente en la provincia de Córdoba, cada año se registran casos de crías de pumas capturadas para el mascotismo, hecho ilegal y prohibido por la legislación ambiental. Cuando un cachorro de puma crece ya no puede ser mantenido en las viviendas de sus captores y tampoco puede ser devuelto a su hábitat natural ya que no ha aprendido a cazar.

Ahora bien, ¿qué se debe hacer ante un avistaje de este animal?:

  • Mantener distancia y resguardarse.
  • Evitar corridas, gritos o ruidos fuertes para que el ejemplar no se sienta amenazado.
  • No intentar capturarlo ni acorralarlo.
  • No intentar alimentarlo.
  • En lo posible mantener iluminación nocturna fuera de la vivienda y zona de corrales.
  • Encerrar la hacienda en corrales cercanos a las casas durante la noche.
  • Eliminar restos de animales muertos de la zona peri-doméstica.

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