Un estudio en el que han participado 29 expertos internacionales concluye que una ola tan temprana, intensa y duradera como la vivida en este subcontinente en marzo y abril ha sido “más caliente y probable” debido al proceso de cambio climático que vive el planeta por la acción del ser humano.

El estudio presentado este lunes 23 de mayo recuerda que la ola de calor causó al menos 90 muertes en India y Pakistán. Fuera de estos dos países los efectos también se notarán, porque amenaza con acrecentar la crisis global del suministro de trigo provocada por la invasión rusa de Ucrania, uno de los grandes productores mundiales de este cereal hasta que estalló el conflicto. 

Aditi Kapoor, una de las expertas que ha participado en el estudio, explica que entre los aspectos más problemáticos de esta ola está el momento tan temprano en el que se produjo, en marzo y abril, cuando los cereales de invierno están en pleno crecimiento. Al calor se le unieron además unas lluvias muy por debajo de lo normal para esa época. Los primeros análisis apuntan a una caída del 20% en el rendimiento de trigo en la India este año debido al calor, añade Kapoor. Y esto tendrá “impactos en los países importadores”, detalla esta especialista que trabaja para el centro de investigación del cambio climático de la Cruz Roja.

Ante el bloqueo de las exportaciones desde Ucrania por la guerra, la India —que es el segundo productor mundial de trigo, aunque la mayoría de sus cosechas son para consumo interno— se había propuesto aumentar sus ventas al exterior. Pero sus planes debieron cambiar: el 13 de mayo el Gobierno, preocupado por el abastecimiento nacional, prohibió todas las exportaciones de ese cereal. “Esto ya está ejerciendo más presión sobre los precios mundiales de los alimentos y la seguridad alimentaria”, recuerda el informe internacional. India había calculado antes de la ola de calor que estaría en disposición de exportar hasta diez millones de toneladas de trigo, “lo que habría ayudado a compensar el déficit causado por la invasión rusa de Ucrania”, concreta el estudio.

Además, la escasez de carbón en la India, también vinculado a la ola de calor, provocó cortes de energía que limitaron el acceso al aire acondicionado y ventiladores, lo que agravó todavía más los impactos en la salud. Esto obligó “a millones de personas” a limitar la actividad a la madrugada y la noche para evitar el calor.

Los investigadores que han elaborado este estudio forman parte del World Weather Attribution (WWA), un grupo de científicos que intenta establecer los vínculos entre el cambio climático y fenómenos meteorológicos concretos. Este tipo de eventos, como las olas de calor y las inundaciones, siempre se han dado en el planeta. Pero los científicos alertan desde hace años de que el cambio climático actúa como combustible y los hace más intensos y frecuentes.


Fuente: El País