Científicos de Cambridge han producido un mapa que muestra dónde se deben emplazar los principales cultivos alimentarios del mundo para maximizar el rendimiento y minimizar el impacto ambiental. Esto capturaría grandes cantidades de carbono, aumentaría la biodiversidad y reduciría a cero el uso agrícola de agua dulce.
El mapa mundial reinventado de la agricultura, que se publica en la revista Nature Communications Earth & Environment, incluye grandes áreas agrícolas nuevas para muchos cultivos importantes alrededor del cinturón de maíz en el medio oeste de EE.UU. y debajo del desierto del Sahara. Grandes áreas de tierras de cultivo en Europa e India serían restauradas a su hábitat natural.
El rediseño, suponiendo una agricultura mecanizada de altos insumos, reduciría el impacto del carbono de las tierras de cultivo globales en un 71%, al permitir que la tierra vuelva a su estado natural y boscoso. Esto es el equivalente a capturar el valor de veinte años de nuestras emisiones netas de CO2 actuales. Los árboles capturan carbono a medida que crecen y también permiten que el suelo capture más carbono que cuando se plantan cultivos en él.
En este escenario optimizado, el impacto de la producción de cultivos en la biodiversidad mundial se reduciría en un 87 %. Esto disminuiría drásticamente el riesgo de extinción de muchas especies, para las cuales la agricultura es una gran amenaza. Los investigadores dicen que las tierras de cultivo volverían rápidamente a su estado natural, a menudo recuperando sus reservas de carbono y biodiversidad originales en unas pocas décadas.
El rediseño eliminaría por completo la necesidad de riego, al cultivar en lugares donde la lluvia proporciona toda el agua que necesitan para crecer. Actualmente, la agricultura es responsable de alrededor del 70 % del uso mundial de agua dulce, y esto provoca escasez de agua potable en muchas partes más secas del mundo.
«En muchos lugares, las tierras de cultivo han reemplazado el hábitat natural que contenía una gran cantidad de carbono y biodiversidad, y los cultivos ni siquiera crecen muy bien allí. Si permitimos que estos lugares se regeneren y traslademos la producción a áreas más adecuadas, veríamos beneficios ambientales muy rápido”, dijo el doctor Robert Beyer, ex investigador del Departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge y primer autor del estudio.
Con información de Europa Press / PH: Aristegui Noticias