Una especie de microbio marino recién descrita tiene el potencial de secuestrar carbono de forma natural, incluso cuando los océanos se calientan y se vuelven más ácidos.
El Prorocentrum cf. balticum, abundante en todo el mundo, realiza la fotosíntesis y libera un exopolímero [polímero natural de alto peso molecular secretado por microorganismos a su entorno] rico en carbono que atrae e inmoviliza a otros microbios. Luego come parte de la presa atrapada antes de abandonar su «mucoesfera». Habiendo atrapado a otros microbios, el exopolímero se vuelve más pesado y se hunde, formando parte de la bomba biológica natural de carbono del océano.
Los microbios marinos gobiernan la biogeoquímica oceánica a través de una variedad de procesos que incluyen la exportación vertical y el secuestro de carbono, que en última instancia modula el clima global.
La bióloga marina Michaela Larsson de la Universidad Tecnológica de Sydney, directora de la investigación, explica que si bien la contribución del fitoplancton a la bomba de carbono está bien establecida, las funciones de otros microbios se comprenden mucho menos y rara vez se cuantifican. Sostiene que esto es especialmente cierto para los protistas mixotróficos, que pueden realizar la fotosíntesis y consumir otros organismos simultáneamente.
Los investigadores estiman que esta especie, aislada de las aguas de la costa de Sydney, tiene el potencial de hundir entre 0,02 y 0,15 gigatoneladas de carbono al año. Un informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de 2019 encontró que para cumplir con los objetivos climáticos, las tecnologías y estrategias de eliminación de CO2 deberán eliminar aproximadamente 10 gigatoneladas de la atmósfera cada año hasta 2050.
La profesora Martina Doblin, autora principal del estudio, sostiene que la implicación de este descubrimiento es que “potencialmente se está hundiendo más carbono en el océano de lo que pensamos actualmente, y que quizás haya un mayor potencial para que el océano capture más carbono de forma natural a través de este proceso, en lugares que no se pensaba que fueran ubicaciones potenciales de secuestro de carbono».
Incógnitas para el futuro
Una pregunta intrigante es si este proceso podría formar parte de una solución basada en la naturaleza para mejorar la captura de carbono en el océano.
«El siguiente paso antes de evaluar la viabilidad del cultivo a gran escala es medir la proporción de exopolímeros ricos en carbono resistentes a la degradación bacteriana y determinar la velocidad de hundimiento de las mucoesferas descartadas.
«Esto podría ser un cambio de juego en la forma en que pensamos sobre el carbono y la forma en que se mueve en el ambiente marino», declaró la autora del estudio.
Con información de Europa Press / PH: Michaela Larsson