Los desechos animales, que contaminan el suelo y los ríos, se van convirtiendo en un subproducto importante en el suroeste de Brasil, donde la cría porcina y avícola registró una fuerte expansión en las últimas décadas. Algunas granjas del país aprovechan las materias fecales de sus gallinas y  vacunos para producir biogás, electricidad y biometano.

 

Además de evitar la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero, la experiencia local comprueba que el biogás promueve el desarrollo. Se trata de una fuente energética de usos e insumos variados que exige un largo aprendizaje y con modelos de negocios y mercados aún por definir, no consolidados como ocurre con otras fuentes. El biogás puede atender hasta 36 por ciento del consumo de electricidad de este país sudamericano.

 

Fuente, IPS noticias