Cuando un método de restauración de ecosistemas ayuda también a reducir la pobreza y a desarrollar la capacidad de recuperación económica de las comunidades, los gobiernos a menudo los respaldan como una solución “ganar-ganar”.
Este es el caso del Proyecto de Bosques de Vanga Blue, una iniciativa innovadora para intercambiar créditos de carbono a partir de la conservación y la restauración de manglares en la costa de Kenia. Este programa es apoyado por ONU Medio Ambiente, el Servicio Forestal de Kenia, el Instituto de Investigaciones Marinas y Pesqueras de Kenia y sus socios.
“La totalidad de este pueblo y otros pueblos cercanos dependen de la pesca. El bosque de manglares es crucial porque es el lugar donde los peces se reproducen”, dice el jefe de la comunidad de Vanga, Kama Abdallah. «Si los manglares se destruyen, habrá hambre», agrega Mwasiti Salim, residente de Vanga.
Los manglares son ecosistemas raros, espectaculares y prolíficos en el límite entre la tierra y el mar. Apoyan una rica biodiversidad y proporcionan un valioso hábitat de cría para peces y crustáceos. Los manglares también actúan como una forma de defensa costera natural contra marejadas, tsunamis, el aumento del nivel del mar y la erosión. Sus suelos son sumideros de carbono altamente efectivos.
Pero este valioso ecosistema está desapareciendo de tres a cinco veces más rápido que el resto de los bosques del planeta, con graves impactos ecológicos y socioeconómicos. Las estimaciones actuales indican que la cobertura de manglares se ha reducido a la mitad en los últimos 40 años.
Fuente, ONU Medio Ambiente