La degradación de las tierras y la sequía se han convertido en grandes amenazas que afectan a millones de personas. Cada año, el mundo pierde 24.000 millones de toneladas de suelo fértil, según estadísticas que da a conocer Naciones Unidas. Los análisis de la ONU indican que la degradación de las tierras secas reduce el producto interno nacional de los países en desarrollo hasta en un 8% cada año.
Se estima que para el 2025, dos tercios del mundo vivirán en condiciones de «estrés hídrico», cuando la demanda supere la oferta durante ciertos períodos, con 1.800 millones de personas que experimentarán escasez de agua. De igual forma, es probable que la migración aumente como resultado de la desertificación, y se estima que, para 2045, será responsable del desplazamiento de unos 135 millones de personas.
Fuente, Semana sostenible