Las infraestructuras inteligentes, con los datos como elemento básico, tendrán un papel fundamental a la hora de superar las diversas amenazas a las que se enfrenta el abastecimiento de agua. Desde una lectura precisa del consumo y la participación del cliente, hasta mejoras en la detección de fugas y en la planificación frente al cambio climático, una nueva cultura que se basa en la ciencia de datos puede impulsar la sostenibilidad y la resiliencia del abastecimiento de aguas.
La tendencia a adoptar nuevas tecnologías, el «agua digital», por parte de los prestadores de servicios y empresas líderes también resultará en una mejor gestión de los activos y planificación para superar los retos relacionados con la financiación.
Éstos, son los resultados del informe sobre el sector del agua que acaba de publicar ‘Black & Veatch’, elaborado a partir de datos de la encuesta que realiza cada año entre las principales empresas del sector del agua de Norteamérica. Según el informe, al igual que el sector manufacturero ha adoptado el Internet de las Cosas (IoT) para conectar tecnologías y aportar valor a nuestra vida diaria, “cada vez más los datos forman parte del tejido de nuestra economía del agua».
Las respuestas a la encuesta reflejan claramente el papel de los datos en las operaciones de las empresas de servicios públicos: más del 90 % responden que dependen en gran medida de datos de contadores y de facturación, de información de los clientes y de operaciones para la gestión. Aunque se dedica un gran esfuerzo a obtener datos, solo un 5 % de las empresas indica que han implantado un sistema de gestión de esos datos robusto y completamente integrado; casi un 60 % señala que sus esfuerzos en relación con la gestión de los datos van en aumento, pero no se han integrado por completo. A menudo, se recogen datos y se utilizan por separado, con lo que se pierde una oportunidad clave de obtener una visión global de sistemas críticos que permita actuar.
Fuente, IAgua