Según advierte un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), los vínculos entre los conflictos armados y hambre siguen siendo muy estrechos, y en muchos casos letales. Estos datos fueron conseguidos luego de analizar la situación en los ocho lugares del mundo con el mayor número de personas que necesitan ayuda alimentaria de emergencia.

La situación en Afganistán, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Yemen empeoró en los últimos meses de 2018 en gran parte debido a los conflictos, mientras que en Somalia, Siria y la Cuenca del Lago Chad se han visto algunas mejoras producto de un aumento de la seguridad. El informe señala que en total unos 56 millones de personas necesitan con urgencia ayuda alimentaria y para sus medios de subsistencia en las ocho zonas que padecen conflictos.

Otro dato preocupante del estudio es que la violencia contra los trabajadores humanitarios está creciendo, obligando a las organizaciones a suspender sus operaciones y privar a las poblaciones vulnerables de tener acceso a la ayuda humanitaria. En 2018, los trabajadores y las instalaciones humanitarias resultaron atacados en todos los países incluidos en el informe.

La Resolución 2417 del Consejo de Seguridad de la ONU, es una resolución que reconoce explícitamente el impacto de los conflictos armados en el hambre debido al frecuente desplazamiento de gran número de personas desde las tierras cultivables, áreas de pastoreo y zonas de pesca, así como por la destrucción de reservas de alimentos y activos agrícolas y la interrupción de los mercados alimentarios. Para la FAO esta resolución es una condena inequívoca de la inanición como arma de guerra.

Para la Organización es claro que el creciente número de conflictos prolongados en el mundo está creando niveles de hambre sin precedentes e inaceptables.

El seguimiento de la seguridad alimentaria en países con situaciones de conflicto es el quinto informe elaborado por la FAO y el PMA para el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas desde junio de 2016.

El objetivo de estos análisis es proporcionar a los miembros del Consejo información actualizada sobre la inseguridad alimentaria y reforzar la necesidad urgente de centrar los esfuerzos hacia la resolución de conflictos para acabar con el hambre.

Fuente, Semana sostenible.