Según explican expertos la Fundación Oceanogràfic la ballena beluga es sólo un ejemplo de los animales del Ártico que ya notan el impacto y los efectos negativos del cambio climático (que está calentando los mares de esta región entre dos y tres veces más rápido que la media del planeta). Hay evidencias de que sus poblaciones estarían buceando más a menudo y a más profundidad para alimentarse.
Para conocer si estos cetáceos podrán adaptarse o no a los posibles escenarios que depare la mejor o peor gestión del cambio climático por parte de los gobiernos, investigadores de la citada institución, lideran un trabajo internacional que mide, por primera vez, la capacidad respiratoria de las belugas.
El grupo de expertos se ha basado en equipos de medida de función pulmonar en humanos para desarrollar un instrumento específico para las belugas. Consiste en un sello de silicona quirúrgica que se coloca sobre el espiráculo de los ejemplares (orificio respiratorio de estos cetáceos), éste ha sido denominado: neumotacógrafo cilíndrico . Los animales fueron entrenados durante meses para respirar en este dispositivo siguiendo las indicaciones de sus cuidadores con el objetivo de medir el volumen y el flujo de gases inspirados y expirados.
Fuente, ABC.