El satélite “Senitel-5 Precusor”, que “revolucionará” la monitorización de la calidad del aire, ya está listo para su traslado al lugar de lanzamiento en el cosmódromo de Plesetsk, en el norte de Rusia, el próximo mes de septiembre.

Tal y como explicó a los medios el director de los programas de Observación de la Tierra de la Agencia Espacial Europea (ESA), Josef Aschbacher, este satélite es el primero dentro del programa Copérnico que se dedicará a “monitorizar la química atmosférica, un parámetro importante para medir la calidad del aire y el cambio climático”.

Este programa, dirigido conjuntamente por la ESA y por la Agencia Europea del Medioambiente, tiene como objetivo adquirir datos continuos y precisos de observación de la Tierra y proporcionar servicios para mejorar la gestión del medioambiente, comprender y mitigar los efectos del clima y garantizar la seguridad civil.

También ayudará a identificar puntos de mucha contaminación, en los que la salud pública podría estar en riesgo, así como a advertir de altos niveles de radiación UV y de la aparición de cenizas volcánicas, peligrosas para la seguridad aérea.

Aschbacher destacó la importancia del instrumento conocido como Tropomi, gracias al cual el satélite será capaz de cartografiar la totalidad del planeta cada 24 horas, como un elemento “crucial” para la misión.

La construcción de Tropomi -que medirá la luz reflejada de la atmósfera y la comparará con luz solar directa a través del espectro ultravioleta para determinar la composición de la atmósfera- corrió a cargo de un consorcio de 30 empresas liderado por la compañía Airbus, tanto en el Reino Unido como en los Países Bajos.

Se trata del satélite que más rápido se ha construido, tan sólo en diez meses, y utilizará dos estaciones terrestres, una en Svalbard (Noruega) y la otra en Inuvik (Canadá), que tuvieron que instalar un nuevo cable de fibra óptica para hacer frente a la tasa de transmisión de datos del satélite.

Unos datos que alcanzarán durante toda la misión, que durará siete años, 1 millón de gigabytes, lo mismo que 213.000 DVDs de películas.

Fuente: EFE Futuro