Los ensayos nucleares realizados entre los años 50 y los 60 del siglo XX duplicaron el volumen del carbono-14 (carbono radioactivo) en la atmósfera, cuando neutrones emitidos por las bombas reaccionaron con el nitrógeno que se encontraba en el aire, afirma un reciente estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters.
Los organismos en la superficie oceánica incorporaron este carbón en las moléculas que componen su cuerpo. El nuevo estudio descubrió que los crustáceos de fosas, incluso los de las Marianas, se comen los organismos con la materia orgánica contaminada cuando estos descienden a las aguas profundas. De esta manera los autores del estudio concluyen que la contaminación antropogénica penetra rápidamente en las redes alimentarias y alcanza las profundidades oceánicas.
Los científicos advierten que las actividades humanas pueden afectar los biosistemas que se sitúan a una profundidad de 11.000 metros. Esta es la razón por la que los humanos tienen que preocuparse más de sus futuras acciones.
Fuente, Sputnik