Una mina a cielo abierto en Veracruz preocupa a pobladores y medioambientalistas, que advierten sobre la peligrosidad del proyecto que se encuentra en las inmediaciones de la central nuclear de Laguna Verde.

La actividad minera en México es prioritaria frente a cualquier otro uso del suelo, una actividad de utilidad pública, según la Ley Minera de 1992, que reformó el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.

Según la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA), la Secretaría de Economía mantiene en concesión más de 25.000 permisos para la exploración y explotación del subsuelo. Poco menos del 70% son para la explotación a cielo abierto, entre ellos, Caballo Blanco.

La veta fue descubierta en 1995, comprende más de 19 hectáreas en los cerros de La Paila y de la Cruz y ha cambiado cuatro veces de propietario desde 2008.

Aunque México no es considerado un clásico país minero como Perú, Bolivia, Ecuador o Chile, la reducción de los ingresos petroleros por la caída de los precios de crudo ha impulsado la actividad extractiva. El representante de la Fundación Heinrich Böll  en México, Dawid Danilo Bartelt afirmó que «es el mayor productor de plata en América Latina y la producción de oro se ha multiplicado por diez en los últimos 15 años».

El experto explica que la explotación de oro a nivel mundial es muy limitada por la dificultad que implica. Bartelt destaca que se trata también de un metal estratégico, pues se utiliza en la producción de teléfonos celulares, envío joyas y entonces divisas.

Y expresó «Para obtener oro son necesarias grandes cantidades de agua y generalmente el oro se encuentra en terrenos montañosos en donde el agua es escasa. En el peor de los casos, todos los químicos que son necesarios para su extracción contaminan los mantos acuíferos y ríos subterráneos».

Por su parte, el geólogo del Instituto de Geofísica de la UNAM, Carles Canet Miquel, destaca que México es una potencia mundial por sus recursos y producción de plata y de muchos otros elementos y sustancias minerales, lo que atrae a empresas extranjeras.

El experto subraya que cualquier proyecto minero supone un riesgo para el medio ambiente y para la salud y por lo tanto antes de arrancar las operaciones, deberían, si aplican la ley, hacer un estudio riguroso de impacto ambiental.

El físico Bernardo Salas destaca que la concesión para explotar la mina de Caballo Blanco ha sido irresponsable debido a la cercanía a la central nuclear de Laguna Verde. Cuando se autoriza la construcción de una central nuclear debe cumplir con el requisito de estar localizada en un lugar de baja densidad de población, sin actividades industriales, pesqueras, agrícolas o ganaderas importantes. Así que permitir a una minera es un despropósito que complicaría los objetivos del Plan de Emergencia Radiológica Externo.

Bernardo Salas destaca que las detonaciones de explosivos podrían causar sismos que provocarían un mal funcionamiento de los reactores nucleares. La Secretaría de Recursos Hidráulicos canceló una presa de agua que se ubicaría en la parte montañosa de Laguna Verde. Igualmente fue suspendida la construcción de un ferrocarril que iría de Veracruz a Tampico. Según Salas, esas fueron decisiones responsables, a diferencia de Caballo Blanco.

Fuente: DW