La creación de nuevas áreas protegidas busca «el cuidado y la preservación de una importantísima cantidad de biodiversidad y colonias reproductivas de distintos animales», dijo Lautaro Erratchú, presidente de la Administración de Parques Nacionales (APN), previo al tratamiento de los proyectos de ley de creación de los parques y reserva nacional de Ansenuza y Bañados del Río Dulce, en la provincia de Córdoba, y de Islote Lobos, en Río Negro, en las sesiones extraordinarias del Congreso de la Nación. «Estamos trabajando para ampliar el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Snamp)», agregó Erratchú a Télam sobre estas propuestas.

De aprobarse la iniciativa, Río Negro, que ya cuenta con el Parque Nacional Nahuel Huapi, tendrá su segundo Parque Nacional «integrado por un sector terrestre, marino y un conjunto de islas», explicó el presidente de la Administración de Parques Nacionales, y agregó que, además, en la parte terrestre «hay presencia de restos arqueológicos».

El sitio donde se asentaría el parque y reserva nacional Islote Lobos se encuentra sobre el golfo de San Matías, en la costa atlántica de la provincia de Río Negro —a 50 kilómetros de la localidad de Sierra Grande, al norte de balneario Playas Doradas, departamento de San Antonio— y posee una superficie aproximada de 19.079 hectáreas. En 1977 fue designado como Reserva Provincial con el objetivo brindar una adecuada protección a una colonia de lobos marinos de un pelo y a los sitios de nidificación de aves ubicadas en los Islotes de Pájaros.

Este proyecto, detalló Erratchú, ya tiene media sanción en el Senado, quien destacó que «fue presentado por todos los senadores de Río Negro». Cuando se aprobó en la Cámara Alta con 48 votos positivos y ningún negativo ni abstenciones, en octubre del año pasado, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, lo celebró al destacar que «tener más áreas para proteger el ambiente fue uno de los objetivos que nos propusimos al iniciar la gestión, y esta media sanción nos ayuda a cumplir este anhelo». El sitio cuenta con la presencia de una colonia reproductiva de pingüinos de Magallanes, de lobos de un pelo y de la ballena franca austral.

El proyecto prevé que la Intendencia del futuro parque se radique en la ciudad de Sierra Grande y la creación de un segundo centro de informes en la localidad de Playas Doradas. Por otro lado, la propuesta de Ansenuza y Bañados del Río Dulce, ubicada en la laguna de Mar Chiquita —también llamada Mar de Ansenuza—, al noroeste de la provincia de Córdoba, constituye la superficie lacustre más grande de Argentina, el mayor lago salado de Sudamérica y el quinto a nivel mundial, contando con una superficie de 661.416 hectáreas. «El objetivo que se busca es el de proteger la laguna de Mar Chiquita», explicó Erratchú y agregó que «sería un Parque Nacional muy grande, pasaría a ser el tercero más grande del país».

La laguna de Mar Chiquita o Mar de Ansenuza y los bañados de Río Dulce conforman un humedal de gran tamaño y forman parte de la lista de Sitios Ramsar, donde se agrupan aquellos humedales considerados importantes a nivel internacional dentro del marco de la Convención sobre los Humedales.

La zona cuenta con el 66 % de todas las especies de aves migratorias y playeras registradas en nuestro país, concentra casi el 36 % de la avifauna total del país (380 especies registradas) y el 84 % de las 447 especies de aves citadas para la provincia de Córdoba. Además, cuenta con la presencia de las tres especies de flamencos existentes en Sudamérica: el flamenco austral, la especie más abundante y la que llega a concentrar más de la mitad de la población global de esta especie, el flamenco andino o parina grande y la parina chica o flamenco de James. También alberga poblaciones de cisne blanco, de cuello negro, pato criollo, espátula rosada, cuervillos de cañada y chajáes.Registra alrededor de 32 mamíferos, 16 anfibios, 37 reptiles, 50 peces y un número no precisado de insectos.

Fuente: Télam